martes, 8 de diciembre de 2009

Luna

¡Cuántos amores soñados
guarda la sabrosa luna,
en su nevera de helados!
Qué colección de suspiros de
contrarias sintonías,
en las esquinas tediosas.
En los semáforos mudos,
las sonatinas llorosas,
los incontables minutos...
(El reloj de la luna no tiene horas
es una esfera sin compromiso,
marca su marca sin previo aviso,
entre murmullos de caracolas)
Viene a destiempo,
sale a deshoras,
indiferente si te demoras.
Juega a esconderse tras las encinas,
en la penumbra,
mientras escucha
palpitaciones de corazones,
soñando amores.
Es codiciosa de largas noches
prometedora, enamoradiza,
no sabe cuándo guardar silencio,
a veces dice lo que no debe,
y quien la escucha queda prendido,
desguarnecido, desorientado,
fuera de tiempo, en el olvido.
(Porque el reloj de la luna no tiene horas,
es una esfera sin compromiso,
viene a momentos sin previo aviso,
entre el arrullo de caracolas)

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